LA LLEGADA DEL SONIDO

Para añadir sonido a una película  utilizaron gran variedad de técnicas como hablar o hacer ruidos desde detrás de la pantalla, complementado por acompañamiento musical de orquestas, carteles con los diálogos de los actores y la utilización de un locutor que añadía comentarios a los rótulos.

Más tarde, la técnica del vitaphone sustituyó a las orquestas por altavoces por donde se oían música y ruidos.

Alexander Grahan Bell consiguió transmitir la voz a través de la luz con el photophone, donde la voz se proyectaba a través de un tubo por un espejo fino, que vibraba y actuaba como un transmisor, y se dirigía hacia otro espejo que hacía el proceso inverso actuando como receptor. Los sonidos registrados permitieron grabar sonidos e imágenes en una misma cinta. El resultado final fue la incorporación a la cinta de una pista sonora que reprodujo música, efectos ambientales y diálogos de los actores. 

Después de probar varios inventos, en 19727 se estrenó la primera película sonora, titulada "El cantor de Jazz".